Dentro de las articulaciones existen oxígeno, nitrógeno y dióxido de carbono disueltos en el líquido sinovial. Su función es favorecer el movimiento, además de nutrir el cartílago. Al mover la articulación las cápsulas se estiran para lograr un espacio más amplio sobre el que estirarse y liberan los gases del fluido sonando como un estallido. También los ligamentos y tendones pueden estar involucrados en este mecanismo. Estos ruidos se consideran benignos. Otros ruidos que se asemejan a crujidos y que son conocidos como «crepitación», pueden ser un signo de cartílagos deteriorados o inflamados. Cuando el cartílago se desgasta crea una superficie rugosa que incluso puede dejar partes del hueso expuesto. El crujido de crepitación se produce cuando las superficies ásperas o partes expuestas de los huesos se rozan contra otros. Este es el caso de la osteoartritis.